Después del primer día, que ya había dejado el listón muy alto, el segundo empezó con la misma energía. Llegamos pronto, con ganas de meternos otra vez en el ambiente, y no nos equivocamos.
La encargada de abrir fue Anabel Arroyo, y lo suyo fue de diez. Empezó con calma, pero bien enfocada. Fue construyendo el set con sentido, sin pasarse ni quedarse corta. Muy fina, muy en su línea. Se notaba que sabía perfectamente qué hacer a esa hora. La pista fue entrando poco a poco, sin prisas, y el sonido acompañaba. Nada que reprocharle.
«El residente Paramos aportó su grano de arena con una sesión que, aunque algo más pausada, tuvo momentos de buena música y ayudó a mantener la continuidad en las primeras horas del día.
Jeron Search se marcó un live que nos subió a todos. Ritmos marcados, mezcla directa y una energía que se notaba desde los primeros minutos. Nos volvió a meter de lleno. Fue de menos a más, muy bien medido, sin volverse loco. Sabía lo que hacía.
Y más tarde, se presentó Laure Croft , con una maleta de vinilos y una actitud que se agradece. Buena selección, mezclas limpias y una forma de pinchar que mantenía el ambiente arriba. No hizo falta exagerar nada. Muy bien llevada la sesión, de principio a fin.
El bloque nocturno: Marcal, Kr!z y una cabina seria
Con la noche ya encima, subió Marcal. Y lo que hizo fue mantenernos firmes. No tiró de trucos fáciles ni de subidones de festival. Lo suyo fue una sesión sólida, con ritmo y muy bien construida. Fue llevando el set a su terreno sin dejar caer la pista ni un momento. Sin ser exagerado, fue efectivo.
Después llegó Kr!z, el capo de Token, y ahí la cosa se puso seria de verdad. Desde que empezó hasta que se bajó, no falló una mezcla. Cada tema tenía su razón de estar ahí. Nada sobraba. Todo encajaba. Fue uno de esos sets donde no tienes que pensar mucho: solo bailas. Técnica perfecta, selección sobria y sonido limpio. No buscó impresionar, pero lo hizo igual. Uno de los mejores momentos de toda la jornada.
Ø phase: cómo sonar bien de verdad
Después de Kr!z le tocó a Ø phase, y ya sabíamos que venía a afinar. Y lo hizo. Se convirtió en el mejor ecualizador del festival, como ya veníamos comentando entre nosotros. Lo que hizo no fue solo pinchar: fue hacer sonar los Void como nunca.
No se trató de volumen ni de meter presión por meter. Fue todo lo contrario. Sacó lo mejor del sistema. El bajo sonaba limpio, los medios respiraban, y los agudos no molestaban. Todo estaba en su sitio. Se notaba que cada cosa que tocaba estaba pensada al milímetro. Fue uno de esos sets que disfrutas tanto por la música como por cómo suena.
No hubo una sola frecuencia fuera de lugar. Todo estaba claro, equilibrado y agradable. Fue un ejemplo de cómo un artista puede entender el equipo y usarlo a su favor. La gente lo notó, y la pista no paró.
Yanamaste: sorpresa en forma de live
Y después, Yanamaste. Muchos teníamos curiosidad por su nuevo live, y superó lo que esperábamos. Empezó con calma, fue construyendo con mucha cabeza, y acabó soltando momentos que nos dejaron mirando al escenario sin saber muy bien cómo lo había hecho.
Fue original, nada predecible. Se notaba que llevaba un trabajo detrás. La gente estaba metida, conectada. No hubo distracciones. Fue todo muy de verdad. Puso el cuerpo a bailar, pero también te dejaba pensando. Fue una experiencia completa. Sin duda, uno de los directos más potentes del finde.
Amanecer como toca: Setaoc Mass B2B Phara
Y para cerrar, llegaron Setaoc Mass B2B Phara. Vinilo, digital y cero competición. Se entendían con mirarse. Se fueron pasando la pelota de forma muy natural. Cada uno metía lo suyo sin pisarse. Y eso se notaba en el resultado.
Fue un cierre perfecto. Sin prisas, sin querer hacerse los protagonistas. Solo música que fluía, con la pista a tope y el sol empezando a asomar. El tipo de sesión que te deja bien, que no cansa, que te acompaña hasta el final.
Después de eso, D.Dan cerró la jornada. Aunque fue correcto, no logró mantener el nivel que dejaron los anteriores. El público ya estaba más calmado, y el set no terminó de enganchar. Nada grave, pero se notó el bajón.
En resumen
El segundo día de Danza Futura fue una mezcla de sets muy trabajados, sonido cuidado y un ambiente que no bajó en ningún momento. No hubo grandes fuegos artificiales, pero sí hubo música de verdad, artistas que saben lo que hacen y un público que respondió como siempre: bailando, escuchando y respetando.
De Anabel a Yanamaste, pasando por Kr!z y Ophase, cada uno aportó su parte sin pisar al otro. Todo tuvo sentido. Y eso, en un festival de este tipo, es lo que más se agradece.