Música de baile, esencia del Movimiento que a todos nos llega, el techno de Detroit. El antes conocido como Detroit Electronic Music Festival, apareció en la ciudad del estado de Michigan que le da nombre en el año 2000. Un festival que representa lo que muchos llaman música contemporánea. Después de seis años, aparece su versión europea en la ciudad de Turín con el Movement Torino Music Festival, en la que nosotros hemos estado. Para esta undécima edición han dedicado 8 días a la música, del martes 24 de octubre al 31, fecha de su ‘Main event’, del que hemos disfrutado.
El evento principal se celebró en el gran edificio Lingotto, antigua fábrica de automóviles italianos, en la vía Niza. En esta ocasión se instalaron cuatro escenarios: Detroit stage, patrón del festival con un Derrick May arrollador que dejó patente su repertorio musical y un Jeff Mills fiel a sus actuales ritmos. Adam Beyer, Gary Beck, Ilario Alicante, Kink, Pan-Pot, y compañía, consiguieron que tanto el Kappa como el Jager stage nos pusieran los pelos de punta en todo momento. Por último el Apollonia room, sala más pequeña de Lingotto donde el trio de franceses que da nombre a la sala hizo bailar a los locales con un 4h set.
Llegamos un equipo de seis españoles la noche del 30 con ganas de buena música. El día siguiente, ya 31, era nuestro día. Tras una buena comida y la típica spanish siesta, comenzamos con la previa, eran la 19.00. Nos presentamos en la puerta del Lingotto con bandera incluida entre las 23.30 y las 00.00. La primera impresión fue positiva: una zona de acceso bien organizada y sin tiempo de espera.
Una vez dentro, nos hicimos con la tarjeta de festival, GRATUITA, que se recargaba para poder consumir, tanto en las barras como en el ‘merchan’. Disfrutamos media hora de Kink y su repertorio tecnológico con su set en live en la Kappa stage para continuar con el estandarte del sello Drumcode, Adam Beyer.
Después de disfrutar de las ya típicas percusiones del sueco, nos introducimos por primera vez en la zona dedicada a Detroit. El grupo norteamericano Phuture con su set live reventó con sus “acid tracks”.Tras conocer esta pista y sus altavoces nos dirigimos a la Jager stage, con un Gary Beck despampanante a los mandos de la nave. El escocés no paró de hacernos mover el esqueleto con ese sonido único que él tiene y lo que le ha puesto en lo más alto del panorama internacional.
Ya eran las 3.15 y era hora de disfrutar con el cierre de uno de los más grandes de la escena techno de Detroit, ‘The wizard’, el señor Jeff Mills. Con su fiel Roland, nos llenó los oídos de percusiones y ritmos que está produciendo en estos momentos.
De disfrutar de Mills volvimos al Jagger stage, donde nos esperaba una pareja de alemanes indomable: Ben Klock B2B Marcel Dettmann. Dejaron patente la importancia de la cultura techno en su tierra. Por otro lado, uno de los padres de este movimiento, y para mi, autor de esta review, uno de los mejores por no decir el mejor del evento, Derrick May. Cerró el Detroit stage con mucho arte, poniendo auténtico techno y techno-jazz con temas como “Strings of life”.
Para despedirnos del festival, nos metimos en la zona vip de la Stampa, en la Kappa stage, donde un local de la tierra de la talla de Ilario Alicante lo reventó como se merece un festival de estas dimensiones, llevándolo al límite. Tanto fue así que terminó quemando los bajos, algo que no le supuso un impedimento para sacarnos una sonrisa y mucho baile, sobre todo mucho baile.
Eran las 6.30 de la mañana y sin darnos cuenta estábamos metidos dentro de un taxi con una infinidad de bellos momento para la memoria y deseando que llegue ya la siguiente edición. En resumen, una experiencia más que aconsejable para cualquier amante que se precie de esta cultura llamada techno.
Autor: Jose Escriña