¿Qué pasó entre Azyr y Fantasm en NRG Tenerife? Un episodio que reabre el debate sobre el respeto en cabina

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Cualquiera que haya pisado una cabina sabe que hay reglas no escritas. No hace falta que nadie te las explique: las sientes. Respetar el espacio del artista que está tocando, cuidar el equipo, mantener la energía sin pisar al otro. Pero lo que ocurrió hace unos días en NRG Tenerife con Azyr y Fantasm fue, para muchos, una falta de respeto difícil de justificar.

Todo tiene un límite, incluso en la cultura rave

En medio del set de Fantasm —un momento de tensión sonora con los graves marcando el tempo— Azyr se acercó a la cabina. Hasta ahí, nada fuera de lo común. Lo extraño vino después: en cuestión de segundos, el sonido se cortó, y el público quedó en silencio. En varios vídeos que han circulado por redes se ve a Azyr tocando los controles y alejándose justo antes del corte. No hubo explicación inmediata. Solo confusión.

 

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¿Un fallo técnico o un sabotaje?

Los rumores no tardaron en correr. Algunos hablaban de una botella derramada, otros decían que fue un corte de energía, y muchos apuntaban directamente a Azyr. Lo cierto es que no hay pruebas claras de que vertiera líquido sobre la mesa. Lo que sí hay son vídeos donde se ve una intervención directa antes del fallo.

¿Error? ¿Show mal calculado? ¿Sabotaje? No hay versión oficial, ni por parte del artista ni del festival. Lo que queda es una escena congelada: Fantasm mirando perplejo a su alrededor, y un público que no entendía si era parte del set o una falla real.

Fantasm y su mala racha: del corte abrupto a las acusaciones

Para Fantasm, este episodio se suma a una racha complicada. Hace apenas unas semanas fue acusado en redes —especialmente en foros como Reddit— de copiar estructuras musicales de otros artistas, en concreto del productor Delete. Aunque no hay denuncia formal, las comparaciones de audio circulan por TikTok y YouTube, y el debate está encendido.

¿Plagio o coincidencia de recursos? En un género como el hard techno, donde los patrones rítmicos se reciclan y se homenajea constantemente, la línea es fina. Pero el timing no pudo ser peor. La escena underground es pasional, y el juicio social va más rápido que cualquier comunicado.

El equipo no se toca: la base de todo

Más allá del beef, hay algo que no se puede negociar: el respeto por el equipo técnico. En un club o un festival, los mixers, los reproductores, los sistemas de sonido… no son juguetes. Son herramientas de trabajo, muchas veces alquiladas a precios altos. Dañarlos no solo afecta al artista, sino también al evento, al público y a la experiencia completa.

Si se confirma que hubo una acción irresponsable por parte de Azyr —aunque no sea con intención de sabotaje— es un error grave. Tocar el equipo de otro DJ mientras actúa es cruzar una línea roja. Y eso, en esta cultura, se paga caro.

¿Qué tipo de escena queremos construir?

Lo que ocurrió en Tenerife debería hacernos pensar. Esta escena, por mucho que se pinte de anarquía, se sostiene por una ética sólida: la del respeto, la comunidad y la técnica. Si empezamos a tolerar cortes de sonido en directo por “efectismo” o rivalidades personales, ¿en qué nos convertimos?

Lo de Azyr y Fantasm no es solo un “momento incómodo”. Es un síntoma. Y como tal, hay que mirarlo de frente. No para linchar a nadie, pero sí para dejar claro que la cultura techno no se puede construir desde la destrucción.

Cierre

El techno no necesita fuegos artificiales ni dramas para impactar. Le basta con la verdad del golpe, el poder del bajo y el respeto mutuo. Que este episodio sirva, al menos, como recordatorio: el show está bien, pero la música siempre va primero.